jueves, 3 de julio de 2008

Masajes al límite

Los masajes fuertes en la musculatura deben ser realizados con prudencia, especialmente si son localizados con maniobras digitales o el codo. Nunca deben emplearse objetos, pues el masajista no siente adecuadamente a través de ellos. Las manos entrenadas del masajista son la herramienta eficaz para dosificar la presión y variar el contorno ofrecido a la contractura.
Todo masaje fuerte debe ser guiado con la respiración para inducir relajación mientras se defibrosa. Toda aparición de dolor debe ser evaluada en la calidad de la sensación, respecto a lo esperable de la maniobra aplicada, y nunca quien recibe el masaje debe “aguantar el dolor”. En una maniobra que produce dolor debe observarse en ese mismo instante la debida cuota de liberación de las tensiones, es la llamada “mezcla de dolor y placer” o el “dolor liberador”.
En los estado de mucha tensión emocional, que producen acorazadas pantallas musculares, no es recomendable realizar masajes fuertes tratando de vulnerarlas, al contrario éstas se cerraran más haciéndose impenetrables y se producirá daño sobre las miofibras e inflamación dolorosa. La tensión emocional debe contenerse, si se puede hablarse y expresarse, intentando la persona bucear en su totalidad interna con técnicas no invasivas y centradas en la vivencia personal de quien consulta (ver www.focusingargentina.blogspot.com en mi perfil).
Un entrenador avezado en estas prácticas integradoras puede detectar claramente el momento en que la tensión emotiva disminuye, y las corazas se hacen permeables al contacto y al trabajo manual, un masajista con técnicas estándar debe contener a la persona suavemente y derivarla a quien hace focalizaciones existenciales.
Ese punto de inicio de la relajación, es el momento en que se da una comunicación basada en la confianza emocional entre ambas personas. Esa situación no puede imponerse por medio de la voluntad, es una relación que se crea en el arte de la comunicación interpersonal, y para lo cual el entrenador conoce varios caminos para facilitarla.
Antes de un masaje efectivo por lo intenso, debemos cerciorarnos de haber pasado este límite con lo cual entramos en un estado de rapport.
La persona muy alterada o muy cerrada, debe tratarse humanamente pero con firmeza, respondiendo en los mismos tonos emotivos pero con un contenido que disuade hacia la franqueza, la simpleza y el reconocimiento, ofreciendo la descarga.
La firmeza está en sostener el espacio de comunicación con empatía y receptividad, tanto discursiva como corporal (postura, tono, respiración, ubicación espacial, gestos, etc). De ningún modo la firmeza da pie a consejos, bajadas morales, o imposición de marcos propios por parte del entrenador. Es una comunicación focalizada en la persona.
Una vez alcanzado este tono emotivo, las manipulaciones previas del masaje se orientan a variantes del masaje ondulatorio controlando con gran precisión el contacto y sobre todo confrontar el roce manos a piel con la respuesta que vamos viendo liberarse en la persona, lo cual nos habilitará a proporcionar más contacto y desarrollar técnicas más profundas y de efectos más perdurables para los días subsiguientes.
En los masajes con componentes sensitivos, especialmente si hay nudismo, es factible que se desdibujen los límites entre una sesión con foco en el masaje de una sesión centrada en la sexualidad. Para estos casos es recomendable recordar abierta y cordialmente el marco de la sesión que se ha convenido, aceptando el roce sensual como parte de la comunicación corporal si la evolución de ambas personas lo admiten. Nunca es aceptable la transformación del masajista en objeto sexual para consumar prácticas de descarga, pues ello traería un abuso en su persona y profesión.
En caso de insistencia por parte del cliente, en mi caso derivo a una sesión de sexualidad adulta con el marco explícito tanto en tiempos, costos como profilaxis y prácticas consensuadas anticipadamente en función de objetivos de desarrollo.
El límite del respeto nunca debe ser quebrado, y bajo ninguna circunstancia, tanto del masajista hacia su cliente como viceversa. Lo único que ello acarrea, ya en el corto plazo, es un perjuicio tanto en la estima de las personas como en lo económico, y una contribución más a la corrupción de las relaciones sociales.

No hay comentarios: