viernes, 18 de abril de 2008

El espacio cero: estar dispuesto a recibir

La comunicación entre los hombres es posible a una condición fundamental: reconocer la existencia del otro ser COMO HUMANO frente a mí, esto es antes de profesional, condición de género, estatus social o seducción personal, etc. la persona es un ser viviente en un proceso y modo existencial concreto y específico de ella misma.

Al reconocer al otro ser como ser válido, valioso e íntegro, abro un espacio de RECEPTIVIDAD donde uno mismo es capaz de generar, reconocer e intercambiar un lenguaje que puede ser verbal, gestual, sensitivo, sensual. Ese habilitarnos en cada momento a "estar presente" uno para el otro en nuestros mundos personales genera el escuchar auténtico y la empatía, es decir que lo que el otro es y le pasa es reconocido por mi vivir en mi cuerpo en contacto con el cuerpo de esa persona, aquí y ahora.

Cuanto más habilito la presencia del otro en mí, más comprendo y puedo tocar con una comunicación, sobre todo corporal, que sea comprensible y abierta a la exploración juntos.

Quien recibe un masaje ha de estar dispuesto a recibir a otra persona en su piel, más que a una técnica. Quien da el masaje ha de estar dispuesto a sentir a la persona y actuar en una comunicación presente, sin mecanicidad, estar presente y focalizado en lo que esa persona es y necesita y tener muy claros los límites de su terapia y propia disponibilidad.

Contacto cuerpo a cuerpo

El masaje es reservorio de lo primario, sexual y esencial humano en una cultura que ha convertido al cuerpo en objeto sin alma.
El toque de piel con piel es balsámico y en la medida que los masajistas hayamos superado prejuicios sociales y deseemos sinceramente ampliar nuestra capacidad de contención podemos generar el bienestar del otro ofreciendo también el nudismo y el abrazo.
En las condiciones de trabajo hoy, y en la alienación de las relaciones interpersonales que producen la exigencia y la competencia a todo nivel, muchas personas abandonan su cuerpo durante largas horas del día y carecen crónicamente del tono y satisfacción que el cuerpo sano expresa, del contacto afectivo y reconocimiento corporal suficiente como para disfrutarse y alegrarse de la simpleza del vivir.
Y es en la sesión de masaje donde aparece una oportunidad para reencontrarse y tenerse más en cuenta, acompañar el cuerpo que duele, la carencia, el temor, su tensión y dejar nacer un alivio, un suspiro, una queja... y una conciencia de cambio.
Los masajistas hemos de ser sensibles y profundos ante la sinceridad expresiva del cuerpo, y ajustar nuestro arte ofreciéndonos para convocar la evolución autosanadora del receptor.

Es fundamental que los masajistas valoremos TODO nuestro CUERPO como portadores de satisfacción, técnica y contacto. Nuestras manos son sólo dos puntos de los tantos con los que podemos masajear al otro. Como esencial, nuestras manos han de tener un soporte relajado, tónico y flexible en el resto del cuerpo hasta los pies, y la técnica debe fluir desde el centro de nuestro cuerpo y vibrar en todas direcciones a través del mismo, despejándonos de cansancio o bloqueos de energía.

Sexualidad

Una sesión suele ser muy activa, sensible y afectuosa, donde todo ocurre a través del contacto, y en ello se plasman fundamentos científicos y antropológicos que sostienen nuestra acción, que la hacen efectiva y segura.
Los entrenadores de la sexualidad formamos parte de un EQUIPO INTERDISCIPLINARIO con médicos, sexólogos y hasta sociólogos para coordinar los aportes en la solución de los problemas en este área de la personalidad.
Desarrollamos una práctica con el cuerpo que involucra dimensiones sociales, psicológicas y médicas. Y por tanto a veces sugerimos una consulta y orientación al colega idóneo para el tratamiento de afecciones con requerimientos terapéuticos.
El goce del cuerpo, de la vitalidad, del movimiento, hacen a la sensualidad e integración de la persona humana, y los masajistas debemos contemplar nuestra propia vida con plenitud SENSUAL y SEXUAL como parte de nuestra formación previa. Esto es condición necesaria para acompañar a los demás cuando nos piden asistencia para descubrirlo en sus cuerpos.

Nuestra formación personal para campos avanzados del masaje, sobre todo aquellos que demandan interacción y contención afectiva, paliativos del dolor y entrenamientos de sexualidad, necesariamente debe comprender una evolución personal en el dominio de nuestros estados de ánimo, expresión del deseo y en la capacidad de escucha y empatía.
Los masajistas debemos lograr un tono personal alegre y maduro a la hora de acompañar el destensionamiento, la relajación y el placer del receptor. ¡ cómo hacerlo sin contar con libertad interior !
Por otra parte debemos sondear nuestras creencias y preceptos para lograr ser reflexivos, abiertos y comprensivos ante las dimensiones personales del prójimo.
El hecho de que el masaje es un interacción mutua, y que mayormente los masajistas guiamos la sesión por conocimiento del arte, no debe hacernos olvidar que en esencia debemos focalizarnos en las necesidades y objetivos del receptor que nos ha requerido, y esto es a mi entender más importante, sin excusa para descuidos, que la rutina de aplicar manipulaciones técnicas. Ni que hablar de dejarnos llevar por el propio deseo o nuestras propias fantasías para orientar una sesión, ello sería entregarse a la mediocridad y ser ejemplo de ausencia de libertad y ética.
Al abordar la sexualidad siempre nuestro marco legal es en sesiones con adultos, además debemos reafirmar en todo momento la libertad de elección personal en las prácticas y el respeto por los objetivos planteados, por tanto ante el deseo de interacciones sexuales explícitas conviene dialogar con flexibilidad, evitando exabruptos, represiones, manipulaciones de la confianza o reacciones infantiles por inmadurez de las partes. Siempre salvamos la buena relación con el cliente siendo claros y firmes en nuestra motivación y postura personal.
En mi experiencia tanto como masajista como entrenador sexual, los límites entre ambas disciplinas son teóricos, y en la complejidad de la práctica se hallan muy entrelazadas en el quehacer de un masaje integro y plenamente gozado.
Al respecto, ayuda mucho reflexionar acerca de la siguiente decisión existencial: si adherimos a la tajante subordinación de lo sexual a lo genital; o entrenamos la plenitud explorando todos los goces corporales, aceptando la continuidad y amalgama de la presencia sensual en todo el cuerpo, despierto, lleno de salud y vitalidad.
Considero que dedicarse a entrenamientos sexuales requiere reemplazar moralinas por reflexión, coraje y autoconocimiento a fin de saber cuáles son los límites personales que uno gusta respetarse, y participar en la justa medida dentro del imbricado juego de los propios deseos con los deseos del otro, anticipándonos con pautas sanas conversadas libre y confidencialmente.
Finalmente, es en el respeto y en la dignidad de las personas donde la sexualidad encuentra su plenitud, y es en la libertad de un adulto capaz de elegir los actos de su intimidad, donde deviene el amor.

Para leer más sobre sexualidad y tantrismo ingresa en www.gozosexual.blogspot.com

Para informarte sobre prácticas vanguardistas www.josegahal.blogspot.com

TANTRA hoy

Sobre la base de la multiplicación del gozo, la ética y la libertad conciente, la sexualidad puede ser tomada como trampolín hacia la espiritualidad.
Los precursores del tantrismo se remontan a formas rituales prehistóricas de ampliación de la conciencia mediante la experiencia corporal explorando y expandiendo los sentidos. La definición ritualista e ideológica propia del Tantra tuvo lugar en Cachemira, India, en el siglo V después de Cristo, a partir de una derivación revolucionaria del culto a Shiva, Dios creador-destructor-trascendente del hinduismo. La revolución fue en el sentido de realzar el camino de la vivencia de la experiencia y la devoción al gozo a través del cual la conciencia podía hallar su autocontraste, clímax y completa realización.
La visión psicológica tántrica dignifica al cuerpo, y sus implicancias sociales son libertarias, en la relación iniciática discípulo- maestro se da acceso a todos los hombres y mujeres sin importar las castas, e incluso se dignifica al sujeto pasivo no sólo como igual frente al hombre sino como la generadora de las máximas iniciaciones en la fusión de la energía y la conciencia. A nivel social comulga con el igualitarismo sin distinción de castas ni origen humano alguno.
Los ritos tántricos son más o menos carnales según las escuelas, siendo las literalmente llamadas de la "mano derecha" más meditativas e introspectivas, y las de la "mano izquierda" las más revolucionarias y arriesgadas frente al status quo social, incluyendo el consumo de alimentos prohibidos y relaciones sexuales sumamente intensas en estados de conciencia contemplativos y devocionales.
Las formas rituales del tantra se extendieron por el antiquísimo lejano oriente asiático y formaron una relación dialógica con las cosmovisiones más dominantes de los territorios de India, Tibet y China: Vedas, Budismo y Taoísmo.
El tantrismo es incorporado en Occidente de un modo más limitado, centrándose en los rituales de índole genital más que en los que estimulan la totalidad de los sentidos, y sus prácticas postmodernas son llamadas neotantra.
En la Argentina hay personas aisladas y pequeños grupos que buscan recuperar la visión y práctica tántrica. Es mi creer que para los occidentales es una tarea nada fácil, sino casi imposible, debido a la devoción que se necesita hacia las cosmovisiones védicas shivaistas y a los preceptos mentales que deben seguirse en todo tipo de ritual siendo las formas de gozo, sublimadas dentro de sí mismas al ideal védico (y también budista) de unidad perfecta, integrando en la anatomía energética humana la sensación de conciencia de unidad suprema y absoluta. Todos estos conceptos son difíciles de vivenciar en occidente dada nuestra socialización y uso del cuerpo en una tradición de raigambre judeo-bizantina-romana.
Por ello en sesiones donde se me pide una visión tántrica explico nuestras limitaciones y sigo una trayectoria orientada por las necesidades del concurrente a fin de que realce primero su energía personal y luego la espiritualice de acuerdo a su propia tradición.
Me oriento a rescatar y exaltar el cuerpo viviente en su generación de conciencia, ampliando y profundizando los sentidos y la libertad ética como camino para alcanzar gracia, elevación y pureza en la magnanimidad que se halla en nuestro ser. El avance concede una dimensión de conciencia, bondad y compasión infinitas.
Para informarte sobre nuestra vanguardia de acciones tántricas www.josegahal.blogspot.com

Masaje nudista en Argentina

Cómo desarrollé en el sitio web específico de nudismo http://nudismos.blogspot.com/, en nuestro siglo XXI dentro de la cultura globalizada, desnudarse no tiene nada de inocencia o ingenuidad.
En lo que cierne al masaje en cualquiera de sus formas, la desnudez de ambas personas aporta un toque esencial a la relación entre ellas: nivela y disuelve símbolos de status social en primer lugar.
En segundo término habilita la visibilidad recíproca de las acciones y reacciones corporales que se generan en el goce y el dolor, en la sensibilidad, la sensualidad y la sexualidad. Y es por ello una manifestación de confianza.
Quienes practicamos el nudismo sabemos que el pudor se conserva, y se constituye como tal en la desnudez del cuerpo dentro de la espontaneidad de los gestos y su moderación.
El toque y la mirada, amplifican su significación y nuestro propio cuerpo capta los mensajes de un modo superlativo y sincero, traemos ello en la carne.
En tercer término, la desnudez multiplica las oportunidades de roce y contacto piel a piel con el consiguiente OASIS de humanidad primaria y calor sensual directo, que visto desde la artificialidad de la vida moderna, es a todas luces un bálsamo para nuestro estrés y sistema nervioso atiborrado de múltiples rituales de sujeción.
En cuarto lugar, la desnudez voluntaria y per sé es un quiebre con límites ideológicos de control del cuerpo y restricciones a la identidad. Por lo tanto es sana y liberadora.
Por ello siempre la desnudez debe ser ofrecida como opción, y sólo como opción elegible, para quien busca un avance personal a través de la oportunidad de un masaje.

Fundamentos y Calidad en el masaje

El masaje tiene su origen en una necesidad biológica de nuestra especie: el contacto corporal y el reconocimiento entre miembros de la comunidad humana.
Esta necesidad básica se halla en todos los seres sociales, desde los primates a los cánidos, y es la que origina la creación de los identidades individuales.
La socialización humana ocurre en el reconocimiento corporal del bebé como par humano legítimo por su madre y luego como miembro legítimo del grupo primario, haciéndose traslativo a través de los juegos al resto de los miembros de la comunidad donde el niño crece.
Todos los bloqueos al contacto corporal que apenas cuestionamos en nuestra cultura, dejan huellas de insatisfacción y negación de la condición social originaria que cristalizan en tensiones físicas y deformaciones psicológicas en el adulto. Estas alteraciones problematizan luego las relaciones interpersonales y quedan sistematizadas en collages de cultura antihumana.
Más allá de sus variantes específicas, el denominador común de todo tipo de masaje es generar estímulos y movilizaciones fisiológicas con feedback entre el cuerpo del receptor y quien realiza el masaje, y ello conlleva cambios en el juego social entre las dos personas que se traducen también en estímulos y movilizaciones psicológicas.
Por ello no llamamos masaje a lo que realizaría una máquina, pues carece del feedback que proporciona un humano sensible a la dimensión social.


Calidad en el masaje

El masaje es, antes que cualquier otra cosa, una interacción social.
Para ser de calidad debe ser satisfactoria para las personas intervinientes, el receptor y el/los masajistas.
Si comenzamos por el masajista, debemos poseer idoneidad en conocimiento y en la aplicación de manipulaciones probadas, debemos conservar la higiene en nuestra persona, útiles y consultorio, utilizar cremas, aceites y otros productos de calidad, y ser sensibles al feedback, esto es haber elegido esta profesión vocacionalmente.
Por su lado el receptor debe presentarse aseado o pedir hacerlo justo antes del masaje, ser claro y auténtico en sus necesidades y en los problemas de salud que porta, y ajustarse con respeto al lugar y persona del masajista. Además de ello, reconocer económicamente el esfuerzo que conlleva la sesión.
Y ambos deben mantener la discrecionalidad de la sesión con promesa de reserva y confidencialidad de los datos personales que surjan en la misma.



En el campo profesional, la experiencia y la variedad de técnicas en contextos personales diferentes proveen calidad de atención intrínseca.
Los masajistas debemos dominar la complejidad de nuestro arte, un arte que modela sobre materia humana, que no es masa, sino una fina red de estructuras y órganos vulnerables, sensibles, integrados a la complejidad social de nuestra vida cotidiana, que llevan cargas por los anhelos, frustraciones, sueños y sentimientos.
Jamás un cuerpo debe ser subordinado a recibir tal o cual técnica, sino que la mano debe ajustarse centímetro a centímetro a lo que el cuerpo va comunicándonos.Partiendo al menos de estas consideraciones básicas recién podemos empezar a hablar de calidad en el masaje, y en ello todos debemos educarnos, tanto quienes damos como quienes recibimos este noble intercambio.

Eficiencia, Calidad y Salud

En cuanto al objeto de la relación: el masaje debe ser efectivo y eficiente.
Efectivo significa que ha de ser elegido apropiadamente para el resultado que pide el receptor, esto es que la técnica apunte al cambio orgánico que se espera, por ejemplo son muy diferentes las manipulaciones descontracturantes que las circulatorias o las de drenaje o reducción. Lo cierto es que han sido diseñadas específicamente para producir mejoras notorias en el campo propio para el que deben aplicarse y son casi irrelevantes en el que no competen.
El masaje eficiente debe contemplar los efectos en la menor cantidad de sesiones posibles dadas las condiciones personales del receptor, esto es su estado de salud, gusto y tolerancia evitando hacerlo perder tiempo.
Tampoco debe producir perjuicios colaterales por impericia, imprudencia o desconocimiento de la salud del masajeado.
Debemos aguzar nuestro ojo clínico y utilizar el punto óptimo de ritmo, frecuencia, presión, productos y hasta distancia entre sesiones.
Para afinar nuestra eficacia es necesaria una batería de preguntas iniciales que nos informen del estado general del receptor, de la vitalidad de sus órganos internos, de su estado de estrés y emocional, traumatismos, alergias, psiquiatría, posibilidad de nuevas sesiones, etc.
Dentro de esta esfera hay que recordar que los masajes son revulsivos y en muchos casos están medicamente contraindicados. Por ello es importante preguntar también si se ha tomado masajes previamente, su descripción y cuál fue el resultado en los días subsiguientes.
Por observación del cuerpo, o ante dudas del relato en la descripción de la salud, los masajistas debemos evitar masajear zonas desvitalizadas, ruborizadas, lastimadas, etc, o disminuir la intensidad general o directamente pedir al receptor que consulte a su médico, o hacer la consulta nosotros mismos telefónicamente.
Según el estado de salud y el tipo de masaje pedido, también es nuestro derecho y obligación profesional solicitar la extensión de un certificado de aptitud de la persona para recibir masajes.

Salud y masajes

Es importante enterarse de los detalles de salud del cliente, no sólo por las contraindicaciones sino para ofrecer alternativas mejor escogidas de masaje y hasta derivaciones. Hacer preguntas directas es interesarnos francamente por realizar una buena praxis.
Debe evitarse el falso pudor, la desconfianza o la sospecha de suspicacia a la hora de hablar de nuestra salud cuando el masajista lo pregunta. Es imperdonable la deshonestidad o falsear datos de salud al profesional, para consumar el masaje que uno desea recibir, y que por tanto pueden acarrear mediocres o malos resultados.
Ante toda duda en la aptitud para recibir masajes debe ser consultado el médico que lleva la afección particular que sufrimos, o bien el de cabecera o el médico que accede a nuestro historial de salud.
Los masajistas no debemos diagnosticar ningún aspecto de la salud del consultante pues estamos formados en un saber diferente, si bien conocemos materias comunes en particular con el médico. Del mismo modo un médico sin preparación masoterápica no podrá ser eficiente en el masaje.
Vale también decir que: los efectos benéficos del masaje eficiente y propiamente idóneo no pueden lograrse sin capacitación específica en esta materia y con la profundidad que definimos en este blog, por lo cual hay complementariedad y no competencia con otros saberes, en particular de los cercanos campos de la medicina o la psicología.

Criterios de excelencia en el masaje

Como toda actividad profesional, los masajes pueden encuadrarse dentro de standards de calificación indicativos de una mediocre, buena o excelente sesión.
En general el público consumidor recurre a una evaluación intuitiva, y formada por la experiencia, de ir probando técnicas y manos diferentes.
En este breve comentario daremos pautas claras de como evaluar un masaje.
En primer lugar debemos saber que cada masaje tiene fines específicos, y estos fines se pueden lograr por medio de manipulaciones y maniobras dentro de técnicas muy diferentes. Esta diferencia también se percibe en los efectos secundarios y en las sensaciones que producen.
En la sesión de masaje, para lograr el fin principal con eficacia se pueden seguir técnicas también alternativas, por ejemplo lograr relajación y ablandamiento muscular, a través del masaje sueco o por tuei-na, los cuales tienen muy poco en común.
Entre las opciones posibles para lograr un mismo fin, la elección se orienta por gusto de quien recibe el masaje y mayormente por la técnica que domina el profesional.
El ofrecimiento en variedad de opciones es un plus valor del profesional consultado, así como la precisión de las maniobras que un especialista ejercita en una técnica específica.
En todos los casos la sesión comienza por saber que tipo de masaje recibiremos en función de nuestros objetivos.
En segundo lugar, las técnicas difieren en sus contraindicaciones y el masajista debe saber cuáles son éstas y transmitirlo al cliente. (véase mi blog sobre este tema)
Cuando los objetivos del cliente son claros, hay que explicar que efectos y sensaciones produce cada técnica ofrecida, a fin de que él mismo elija que masaje desea recibir con los matices que cada uno ofrece dentro de su eficacia terapéutica.
Por ejemplo, para la tensión de espalda y hombros hay masajes que producen más movilización circulatoria, otros que defibrosan profundamente pero producen dolor, otros que ayudan al desahogo emocional, otros que relajan aún en el estado de máxima tensión pero no descontracturan, etc.
En tercer lugar es muy importante conocer sobre la vida y situación existencial de la persona, su historial fisiológico, su estado de ánimo, sus necesidades afectivas y hasta su satisfacción sexual, para un masajista avezado todos estos datos son un tesoro para modular la sesión.
Las sensaciones y sugestiones inducidas dentro del masaje son también un elemento de gran valor para el cliente, y es necesario consultarle que tipo de sensación desea generar tanto como su estado de salud al detalle.
La secuencia dentro de las maniobras también importa sobremanera. Ella por sí misma produce un efecto sobre el sistema nervioso, por ejemplo no son iguales las respuestas corporales al empezar por los pies que por la cabeza, o boca arriba o abajo.
También las actividades que el cliente realiza rodeando la sesión influyen enormemente en las cualidades que debe tener el masaje. Esto se observa bien en los masajes deportivos, en el caso del predeportivo se estimulan los reflejos y la concentración, en cambio en el postdeportivo se priorizan la distensión y los efectos reparadores siendo viable la somnolencia. En el masaje descontracturante es contraindicada la actividad física moderada o intensa luego de la sesión y no son convenientes reuniones de alta concentración, negociaciones o decisiones claves.
Los productos aplicados sobre la piel son un valuarte del saber masoterápico. Como mínimo el cliente debe ser consultado sobre su historia alergénica, y el masajista utilizar aceites, cremas y ungüentos de calidad probada en las dosis adecuadas y dentro del rango de vida útil de sus principios activos.
En cuanto a la relación personal, es muy importante el feedback, la discreción, el respeto y la flexibilidad para tratar situaciones íntimas de las personas. No olvidemos que en la sesión de masaje las personas están muy próximas, en situación de vulnerabilidad y confidencia continuas, y en muchos casos ocurren confesiones, desahogos, transferencias y catarsis.
Por todos estos puntos, la profesión de masajista es sumamente compleja y requiere una capacitación que hoy en día no esta disponible con la seriedad y profundidad debidas. El masajista requiere un entrenamiento dentro de ciencias de la salud médicas como en psicología social, tanto para ser efectivo como prevenir y derivar a los profesionales adecuados.
Actualmente en Argentina la excelencia vocacional se logra en forma autodidacta.

Cómo llegar en Ciudad de Buenos Aires

En Buenos Aires el estudio se halla en el Barrio de la Recoleta, cruce de calles Laprida y Peña.
Solicitar la dirección telefónicamente.

Estacionamiento para automóviles sobre calle entre Laprida y Agüero, frente al edificio.

Subte Linea D
estación Pueyrredón en Av.Santa Fe y Av.Pueyrredón, distancia 6 cuadras

Colectivos:
por Av. Las Heras (y Av.Pueyrredón) a 3 cuadras: 10, 38, 59, 60, 92, 93, 102, 108, 110
por Av. Santa Fe (y Av.Pueyrredón) a 6 cuadras: 12, 29, 39, 64, 68, 152
por calle Paraguay (y Av.Pueyrredón) a 8 cuadras: 106, 109, 111, 132, 140, 142
por Av. Pueyrredón (y calle Peña) a 1 cuadra: 41, 62, 95, 118
por calle Uriburu (y Peña) a 4 cuadras: 61, 95, 101
por Av.Libertador (y Av.Pueyrredón) a 7 cuadras: 67, 124, 130
por calle Billinghurst (y callePeña) a 4 cuadras: 128

En Mar del Plata y Chapadmalal

En Mar del Plata y ciudades aledañas como Miramar, Balcarce, Tandil, Mar Chiquita y Santa Clara exclusivamente a domicilio.

En Chapadmalal la atención es en el Club House de Highland Park.
Se llega al Club House desde Mar del Plata o Miramar por Ruta 11, en el Km 546 barrio Santa Isabel, tomar el asfalto 10 cuadras hasta el bosque. Allí los carteles ubican el complejo.

La atención es regular en temporada estival y, en otoño invierno y primavera, en las semanas con feriado.

Horarios y Valores

Ten presente que puedo estar viajando entre ciudades, por lo cual consulta mi estadía en la ciudad con un mensaje de texto a mi teléfono celular.
El horario típico de sesiones es de 8 a 21 hs, igualmente con anticipación podemos extenderlos a cualquier horario más temprano o nocturno.
Podés consultar valores de la sesión arriba a la derecha.