jueves, 3 de julio de 2008

Valor de la higiene

La condición básica para iniciar un masaje seguro es la higiene del espacio en que será realizado, en especial la camilla, la colchoneta, la sábana cobertura y las toallas.
La superficie sobre la que reposa el cliente debe ser para uso personal y biológicamente segura, es decir debe estar limpia y desinfectada, habiendo recibido un tratamiento de lavado y neutralización de patógenos contagiosos como hongos, herpes, bacterias, gripes, ácaros y enfermedades menores de transmisión sexual, contagios que por vía de las telas hoy todas son curables al 100%.
Biológicamente segura significa que corresponde que cada cliente la reciba limpia y luego de la sesión se desvíe para desinfección y lavado. Tanto las sábanas como las toallas una vez utilizadas son desinfectadas en una solución de lavandina y luego higienizadas con jabón en polvo, se secan a la luz solar o por aire caliente forzado.
Del mismo modo, si el cliente se dará una ducha antes o después del masaje es riguroso que el toallón dispensado sea para uso exclusivo, y tratado con la bioseguridad descripta.
También es conveniente repasar con agua y lavandina el sanitario luego de cada sesión o uso personal, es cuestión de dos minutos pero genera una sensación de limpieza y excelencia en la prestación del servicio.
Por otra parte, con firmeza y cortesía, debe invitarse al cliente al cliente a concurrir aseado o hacerlo al llegar al consultorio, y prestar atención a las deficiencias de salud de su cuerpo (infecciones fúngicas en uñas, pies, herpes, lunares extraños, verrugas, irritaciones, manchas y otras anomalías que notemos en la piel), para alertarlo y derivarlo al dermatólogo. El requisito básico es que se asee las manos al llegar.
En mi experiencia el 85 % de la gente no se lava las manos al llegar de la calle siendo que recibirá un masaje completo, y que ya conoce!.
La educación de estos detalles es también nuestra responsabilidad para optimizar la relación interpersonal en la sesión.

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