jueves, 3 de julio de 2008

Contraindicaciones de los masajes

Por definición todo masaje moviliza los tejidos del cuerpo, algunos llegan a mover los órganos internos y otros apenas producen una corriente neurológica de placer casi sin tocar la piel. El grado de revulsión total del organismo depende del tipo de masaje, la duración e intensidad de las maniobras y el estado de salud física y anímica de la persona.

Por ello y salvo para los masajes sensitivos suaves, como norma general ningún masaje debe realizarse en un estado que afecta la totalidad del cuerpo, como son las infecciones graves, estados febriles, agotamiento agudo, anemia avanzada, metástasis, etc.

Los masajes fuertes sobre la musculatura deben evitarse en las zonas de osteoporosis, artrosis, o cánceres óseos y miomas. Para ello se han creado los masajes ondulatorios que liberan la tensión nerviosa pero no traccionan sobre tendones y huesos.

Los masajes muy revulsivos como los circulatorios, deportivo, descontracturante, y colónico, no deben realizarse ni siquiera moderadamente en los casos de insuficiencia renal, cardíaca o hepática, hipertensión arterial no controlada probadamente, o cánceres de cualquier índole. Para estos casos hay variantes suaves con elongaciones asistidas y con vitalización asistida.

La predisposición a alergias en la piel debe ser comentada a la hora de elegir ciertas esencias que se vehiculizan en las cremas, lo mismo que la fragilidad de capilares con la facilidad de originar moretones y derrames.

En el embarazo se debe ser muy cuidadoso con los productos del masaje cosmético y con cualquier presión de los tejidos conectivos profundos. Se prohíben los masajes lipolíticos reductores, anticelulíticos con productos de cualquier índole y la limpieza de colon.
En particular, las contraindicaciones de la limpieza de colon son para aquellas personas que sufren hemorroides en estado agudo, hemorragias o perforación intestinal, fístulas y fisuras, insuficiencia renal, cáncer de colon o de próstata, enfermedades cardíacas graves, hipertensión arterial no controlada, hernia abdominal, y embarazo avanzado.
En los casos de lesiones sin curar, o en proceso de curación no completado, y en enfermedades localizadas, debe evitarse masajear de cualquier modo las zonas comprometidas y sus vecindades, y deben reconocerse las estructuras anatómicas subyacentes, en especial la trayectoria de los ganglios linfáticos para no diseminar la enfermedad.
Prestar mucha atención en las infecciones, tumores y cánceres locales para que no sea estimulado el recorrido linfático que está en relación con los órganos y zona corporal afectada.
Las fracturas y lesiones óseas deben haber cicatrizado un año atrás antes de realizar un masaje fuerte. Un masaje medio se tolera a los cinco o seis meses. Las lesiones musculares y más en los tendones requieren al menos 6 meses para su completa aptitud de recibir masajes intensos, con todo hay que cuidar la tendencia de la persona a producir inflamaciones tendinosas y artríticas.
Las gastritis, úlceras, distensiones abdominales, dolores menstruales, dispepsias, plenitud abdominal, y molestias agudas en la boca del estómago, vientre, bajo abdomen e ingles, deben ser preguntadas y tenidas muy presentes al realizar cualquier movilización o masaje conectivo a nivel de los órganos y vísceras.

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