viernes, 4 de septiembre de 2009

Efectos generales de los masajes

Los efectos generales del masaje comienzan por una acción directa sobre el sistema nervioso, principalmente de sedación orgánica, relajación, a veces de ensueño, y en la mayor de las aspiraciones de contemplación mental. Si el marco de las sesiones es inteligente y confortablemente guiado se añaden el equilibrio emocional y la recuperación del estrés favoreciendo el compromiso de la persona con sus propias prioridades vitales. Para lograr esta guía eficientemente, el masajista ha de ser entrenador en procesos de buceo por la conciencia, lo cual es una capacitación muy recomendable (por ejemplo en sensopercepción, focusing y meditaciones trascendentes).

En todos los tipos de masaje, el efecto fisiológico principal en mayor o menor grado es la revulsión, es decir producen movilización de los fluidos corporales (sangre y linfa), expulsión de toxinas y cierto grado de inflamación.

También es oxigenante pues la persona masajeada respira más profundo durante cualquier tipo de masaje y se favorece la circulación sanguínea por vasodilatación en órganos profundos, gracias al equilibrio calibrado del sistema nervioso autónomo (por el placer, la tranquilidad, la contención y la quietud).

En estas condiciones hay un aumento generalizado del metabolismo y la sangre se llena de metabolitos que derivan al hígado para su neutralización y a los riñones y mucosas para su expulsión del organismo.

Por ello es recomendado tomar abundante agua luego de todo masaje. Y por lo mismo también, se pide no haber ingerido gran cantidad de comida en las dos o tres horas anteriores a la sesión.

Luego cada masaje tiene sus alcances específicos que se describen en las siguientes entradas del blog.

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