viernes, 18 de abril de 2008

Salud y masajes

Es importante enterarse de los detalles de salud del cliente, no sólo por las contraindicaciones sino para ofrecer alternativas mejor escogidas de masaje y hasta derivaciones. Hacer preguntas directas es interesarnos francamente por realizar una buena praxis.
Debe evitarse el falso pudor, la desconfianza o la sospecha de suspicacia a la hora de hablar de nuestra salud cuando el masajista lo pregunta. Es imperdonable la deshonestidad o falsear datos de salud al profesional, para consumar el masaje que uno desea recibir, y que por tanto pueden acarrear mediocres o malos resultados.
Ante toda duda en la aptitud para recibir masajes debe ser consultado el médico que lleva la afección particular que sufrimos, o bien el de cabecera o el médico que accede a nuestro historial de salud.
Los masajistas no debemos diagnosticar ningún aspecto de la salud del consultante pues estamos formados en un saber diferente, si bien conocemos materias comunes en particular con el médico. Del mismo modo un médico sin preparación masoterápica no podrá ser eficiente en el masaje.
Vale también decir que: los efectos benéficos del masaje eficiente y propiamente idóneo no pueden lograrse sin capacitación específica en esta materia y con la profundidad que definimos en este blog, por lo cual hay complementariedad y no competencia con otros saberes, en particular de los cercanos campos de la medicina o la psicología.

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